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Cuando alguien de nuestra familia enferma, nos solemos preocupar por su salud. Sin embargo, con nuestras mascotas, esta tarea se complica. Principalmente porque no podemos entablar una conversación con ellos. Por ello, es muy común que te preguntes ¿cómo saber si mi perro está enfermo?. Si siempre has soñado en formarte para trabajar en el mundo animal, no te pierdas nuestro curso de Ayudante Técnico Veterinario (ATV).

Cómo saber si mi perro está enfermo

Ante todo, debemos decir que los perros enferman “como los humanos”. Es decir, que nuestros amigos peludos también tienen enfermedades comunes que sufren a lo largo de su vida. Así, algunas son simplemente un resfriado y, otras, precisan de tratamientos farmacológicos.

Para todos aquellos que no saben la respuesta a “cómo saber si mi perro está enfermo”, aquí van algunas pistas.

1- Mi perro no quiere comer

Este es uno de los síntomas más característicos de enfermedad canina. Sea cual sea la raza de tu perro, los canes son animales glotones de por sí. Es muy raro que rechacen algo de comida (si es que siempre les ha gustado). Por ello, si pasan un par de días y el cuenco de comida de tu perro no se vacía y tu perro rechaza la comida… ¡Llama a tu veterinario!

2-. Mi perro ya no quiere jugar

Si tienes un perro que siempre ha sido inquieto y juguetón y de repente ves que ya no quiere jugar o está apático, es posible que tu perro esté enfermo. Si aun así, tu veterinario de referencia no encuentra ninguna enfermedad, debes tener en cuenta la depresión canina.

Lo mismo ocurre si tu perro no deja de rascarse una zona concreta de su cuerpo, está más inquieto de lo normal o no deja de aullar.

3-. Necesidades del perro

¿Tu perro lleva muchos días con diarrea? ¿Lleva unos días vomitando? ¡Es momento de ir corriendo al veterinario! Podría tratarse de una bacteria o parásito.

4-. La fiebre en el perro

Los perros que tienen fiebre también muestran algunos síntomas. Además de tener su temperatura elevada, los perros con fiebre se muestran sin energía, poco apetito y sin deseos de jugar.